La NOM-038-SSA2-2010 establece los criterios, actividades y procedimientos para prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades causadas por la deficiencia de yodo en México. Esta norma oficial mexicana es clave en la protección de la salud pública, ya que regula desde la obligatoriedad de la sal yodada hasta el seguimiento de casos de hipotiroidismo congénito.

Conocida también como nom 038 SSA2 2010, norma 038 o simplemente nom 38, esta regulación publicada en el Diario Oficial de la Federación busca reducir el impacto de una de las deficiencias nutricionales más comunes a nivel mundial.

Introducción

La deficiencia de yodo afecta la síntesis de hormonas tiroideas y puede provocar desde bocio hasta graves problemas neurológicos, sobre todo en etapas críticas como el embarazo y la infancia temprana. Estas enfermedades, conocidas como trastornos por deficiencia de yodo, pueden ocasionar abortos, anomalías congénitas, hipotiroidismo y retrasos en el desarrollo.

La NOM-038-SSA2-2010 surge como respuesta a la necesidad de establecer lineamientos claros para combatir estas enfermedades y garantizar una adecuada nutrición poblacional.

Objetivo

El propósito principal de la NOM-038-SSA2-2010 es fijar criterios técnicos y operativos para la prevención, control y tratamiento de enfermedades asociadas a la falta de yodo.

Campo de aplicación

La norma es de observancia obligatoria en todo el territorio nacional. Abarca a los prestadores de servicios de salud públicos, privados y sociales que forman parte del Sistema Nacional de Salud.

Definiciones

La norma precisa conceptos básicos como:

  • Bocio: aumento del volumen de la glándula tiroides.
  • Hipotiroidismo: falta de acción de las hormonas tiroideas en los órganos.
  • Yodo: micronutriente esencial para la síntesis de T3 y T4.
  • Agentes bociógenos: alimentos o sustancias que inhiben la absorción de yodo (soya, cacahuate, col, litio, entre otros).
  • Tamiz neonatal: prueba de detección en recién nacidos para identificar hipotiroidismo congénito.

Abreviaturas y símbolos

Algunos de los más relevantes son:

  • TSH: Hormona estimulante de la tiroides.
  • T4: Tiroxina.
  • T3: Triyodotironina.
  • OMS: Organización Mundial de la Salud.
  • OPS: Organización Panamericana de la Salud.

Clasificación

La norma clasifica los trastornos tiroideos relacionados con deficiencia de yodo según la CIE-10 de la OMS, que incluye desde hipotiroidismo congénito hasta bocio endémico. Además, establece una clasificación simplificada del bocio en grados 0, 1 y 2, dependiendo de si es visible o palpable.

Disposiciones generales

Las disposiciones generales de la NOM-038-SSA2-2010 marcan la base de las acciones para prevenir y controlar los trastornos por deficiencia de yodo en México. Estas medidas son aplicables a toda la población y garantizan que el abordaje sea integral, desde la prevención alimentaria hasta la atención médica especializada.

Yodación obligatoria de la sal

La norma establece que toda la sal destinada al consumo humano y pecuario debe contener yodo. Esta medida se basa en la NOM-040-SSA1-1993, que regula las especificaciones sanitarias de la sal yodada y fluorada.

La fortificación de la sal con yodo ha sido una de las estrategias más efectivas y económicas a nivel mundial para erradicar el bocio endémico y otras enfermedades relacionadas. En México, esta disposición asegura que toda la población, sin importar su ubicación geográfica o nivel socioeconómico, tenga acceso a una fuente diaria y confiable de este micronutriente.

Diagnóstico y detección oportuna

La norma enfatiza que la identificación temprana de la deficiencia de yodo es esencial para evitar complicaciones graves. Para ello se recomiendan varios métodos:

  • Inspección y palpación de la tiroides: especialmente en niños de 6 a 12 años, ya que en esta etapa es más evidente detectar bocio.
  • Ultrasonido de tiroides: permite medir con precisión el volumen de la glándula, y cuando supera el percentil 97 según edad y sexo, puede indicar anormalidad bioquímica.
  • Pruebas bioquímicas: como la medición de yodo en orina, que refleja la ingesta poblacional de este mineral; la tiroglobulina sérica, que evalúa deficiencia en niños y adultos; y la TSH neonatal, clave para identificar hipotiroidismo congénito en los primeros días de vida.

La aplicación conjunta de estos métodos ofrece un panorama completo para el diagnóstico tanto a nivel individual como comunitario.

Opciones de tratamiento

El tratamiento depende del grado de deficiencia y de la condición clínica de cada paciente:

  1. Dieta: promover el consumo habitual de alimentos preparados con sal yodada. Esta medida es fundamental en comunidades donde aún no se consume sal fortificada de manera regular.
  2. Suplementación de yodo: en casos de deficiencia comprobada, puede recurrirse a soluciones específicas como el Lugol, que contiene yodo y yoduro de potasio. Su dosificación debe estar cuidadosamente controlada para evitar efectos adversos como el yodismo.
  3. Terapia hormonal sustitutiva: cuando la deficiencia ha provocado hipotiroidismo y la suplementación con yodo no es suficiente, se indica el uso de Levo-Tiroxina, que sustituye la hormona deficitaria.
  4. Tratamiento quirúrgico: reservado para casos más graves, como glándulas que superan los 100 g de peso, producen compresión en el cuello (con síntomas como disfagia o disfonía), o cuando existen nódulos con sospecha de cáncer.

Vigilancia y seguimiento

Además de la atención al paciente, la norma establece la importancia de realizar estudios en convivientes, sobre todo en niños de 6 a 12 años que viven en la misma comunidad, para detectar posibles deficiencias de forma temprana. Esta vigilancia epidemiológica ayuda a identificar si se trata de un problema individual o de una deficiencia presente a nivel comunitario.

Disposiciones específicas

La NOM-038-SSA2-2010 establece lineamientos detallados para la atención y el control de los trastornos por deficiencia de yodo. Estas disposiciones permiten que los prestadores de servicios de salud actúen de manera uniforme en todo el país, asegurando la detección temprana, el seguimiento adecuado y la prevención en grupos de riesgo.

Confirmación de casos sospechosos

Un caso sospechoso de enfermedad por deficiencia de yodo debe confirmarse a través de diferentes métodos clínicos y de laboratorio. Entre ellos se incluyen:

  • Palpación clínica de la glándula tiroides, que permite identificar bocio en escolares y adultos.
  • Ultrasonido de tiroides, útil para medir el volumen de la glándula y detectar alteraciones que no siempre son visibles o palpables.
  • Determinación de hormonas tiroideas (T3, T4 y TSH), que ayudan a evaluar el funcionamiento de la tiroides y a identificar hipotiroidismo subclínico.
  • Yodo urinario, considerado un indicador poblacional confiable de la suficiencia de yodo en la dieta.
  • Biopsia por aspiración con aguja fina, utilizada en casos donde existe sospecha de malignidad en nódulos tiroideos.

Este enfoque múltiple garantiza diagnósticos más precisos y evita que se pasen por alto casos en etapas tempranas.

Recomendaciones de consumo diario de yodo

La norma establece cantidades específicas de ingesta de yodo para diferentes grupos de edad y condiciones fisiológicas:

  • Lactantes de 0 a 6 meses: 40 µg/día.
  • Lactantes de 7 a 12 meses: 50 µg/día.
  • Niños de 1 a 10 años: entre 60 y 100 µg/día.
  • Adolescentes y adultos: 150 µg/día.
  • Mujeres embarazadas y en lactancia: 250 µg/día.

Estas recomendaciones buscan garantizar que, desde los primeros meses de vida hasta la edad adulta, las personas tengan un adecuado aporte de yodo que prevenga enfermedades asociadas a su deficiencia. El énfasis en las mujeres embarazadas y lactantes responde a que durante estas etapas se requiere un aporte extra para proteger el desarrollo neurológico del feto y del recién nacido.

Realización del tamiz neonatal

Uno de los puntos más relevantes de la NOM-038-SSA2-2010 es la obligatoriedad del tamiz neonatal para todos los recién nacidos en México. Este procedimiento consiste en:

  • Extraer entre 3 y 6 gotas de sangre del talón del bebé en papel filtro especial (tarjeta de Guthrie).
  • Realizar la prueba entre las 48 horas y los 7 días de vida (idealmente en los días 3 a 5).
  • Cuantificar los niveles de TSH (hormona estimulante de la tiroides).

Si el recién nacido presenta niveles elevados de TSH, puede tratarse de un caso de hipotiroidismo congénito, el cual debe atenderse de inmediato. El tamiz neonatal es esencial porque la detección temprana y el tratamiento oportuno con hormona tiroidea sintética pueden prevenir retrasos mentales, problemas de crecimiento y otras secuelas graves.

Información epidemiológica

El seguimiento de casos se hace a través del Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE). Todo caso debe registrarse y notificarse semanalmente, incluso si es detectado en unidades privadas.

Evaluación

La NOM-038-SSA2-2010 establece indicadores para medir la eliminación de las enfermedades por deficiencia de yodo:

  • En recién nacidos, menos del 3% debe tener niveles de TSH superiores a 5 mUI/L.
  • En población de 6 a 12 años, la mediana de yodo urinario debe ser superior a 100 µg/L.

Observancia

La vigilancia de la aplicación de la NOM-038-SSA2-2010 corresponde a la Secretaría de Salud y a los gobiernos estatales.

Vigencia

La norma entró en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación en abril de 2011.

Descargar NOM-038-SSA2-2010 PDF

Este artículo es un resumen informativo. Se recomienda consultar directamente la norma oficial. Descarga aquí la  NOM-038-SSA2-2010 en PDF.

La versión oficial puede consultarse en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y en el Catálogo Mexicano de Normas de GOBMX.

Concordancia con normas internacionales y mexicanas

Esta Norma Oficial Mexicana no es equivalente con alguna otra Norma Oficial Mexicana o con normasinternacionales.

Conclusión

La NOM-038-SSA2-2010 es una herramienta fundamental de salud pública en México, ya que establece lineamientos claros para prevenir, detectar y tratar las enfermedades por deficiencia de yodo. Al garantizar el consumo de sal yodada, implementar el tamiz neonatal y vigilar los indicadores epidemiológicos, esta norma contribuye a reducir el riesgo de hipotiroidismo congénito, bocio y otras complicaciones que afectan especialmente a mujeres embarazadas y a la niñez.

Además, su cumplimiento fortalece la atención médica preventiva y la coordinación entre los distintos niveles del sistema de salud, asegurando un enfoque integral que combina nutrición, diagnóstico temprano y tratamiento oportuno. Con ello, la norma no solo busca mejorar la calidad de vida de las personas, sino también consolidar los avances del país en la eliminación de los trastornos por deficiencia de yodo.